viernes, 12 de junio de 2009

LEGADO
Cúbreme de arena, que mi piel se abrigue de su calor.
No permitas que la tierra me envuelva con vizcosa humedad.
Que la arena sea mi velo y mi vestido.
No dejes señas y olvida la senda que te condujo hasta allí, que no quiero ser visitada.
Diles a los brujos que dibujen conjuros sobre mi frente para no extrañar tu aliento, ni tu voz
y no mires atrás porque no te seguiré.
Mi legado en vida lo disfrutaste y si nada te dejo es porque nada quedó por entregar.

lunes, 8 de junio de 2009

Bajo la sombra de la añosa palmera, apoyo mi espalda y sumerjo mis manos en la arena tibia, un tanto húmeda que me rodea. Húmeda por las aguas de un pequeño manantial que subsiste porfiadamente al igual que la memoria de este nómade. Por qué se niega a morir un oasis. Por qué se niega este nómade en abandonarlo. Me asomo a observar mi reflejo sobre las aguas, ellas me devuelven ojos cansados y una sonrisa. Es la hora en que el sol comienza a ocultarse y las estrellas invaden un cielo púrpura. No hay nubes que insinúen lluvia y temo por el manantial, de pronto gotas caen formando círculos concéntricos sobre este universo que comienza su expansión, mientras mis labios son recorridos por una lágrima que va al encuentro de su hermana.