sábado, 23 de diciembre de 2006

El Alquimista
El Maestro Alquimista salió de la Abadía con nostalgía añeja aún cuando era primera vez que sus pies tocaban suelo extraño. En el fondo de su corazón sabía que jamás volvería. Antiguos Maestros le habían hablado de los que se marcharon antes que él. Le hablaron de los sueños que ellos habían cultivado en secreto y de lo ansiosos que estaban de recorrer el mundo para aprender cosas nuevas y enseñarlos a los profanos. Le contaron que en alguna ocasión ellos habían vuelto, pero sus miradas ya no eran las mismas que sus hermanos conocieron. Sus ojos susurraban penas e incluso murmuraban secretos más negros y ocultos que los elixiris que preparaban entre las paredes de sus laboratorios. Así vagaban entre sus hermanos, con la mirada perdida y en silencio, hasta que sin previo aviso desaparecían. Nadie supo jamás que pasó con ellos. Algunos creían que habían abandonado nuevamente la Abadía, otros aseguraban que se habían sublimado cual mezcla alquímica en busca de dorados sueños extraviados.
No sentía miedo, solo un leve cosquilleo que recorría su abdomen y que no supo identificar su significado. Los profanos le contarían más tarde que eso se llamaba emoción, también le enseñarían que esa palabra encerraba muchas otras variedades de sensaciones y se dió cuenta, para su desdicha y asombro, que a pesar de ser un Maestro Alquimista nada sabía del mundo, nada sabía de él mismo y dejó de llamarse Maestro.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Tan solo de sueños
Siento el frío de la niebla como se cuela por los bordes de la ventana.
Mis ojos abiertos ven solo oscuridad.
Tu piel húmeda apenas está tibia y por más que quiera no puedo alcanzarte,
busco robarte un poco de calor.
De pronto te siento tan extraño,
con secretos que no son para mi,
verdades mentirosas que no me engañan, tan solo te doy un respiro.
La niebla avanza tocando mis pies que se vuelven ansiosos por salir corriendo a buscar refugio. Tu espalda me ofrece compañía avara.
Quiero tus brazos protectores, tus sudores posesivos...
La niebla sigue y sigue inundándolo todo, roza mis rodillas.
Quiero, pero no puedo correr.
Su aroma fresco y salvaje trae rastros de tierra, de bosque,
olores a gatos lujuriosos, a flores sin dueños.
Olores
rastros de otras vidas
humedad tibia y vizcosa que me calienta la sangre,
ya conozco los pasos... la huella no se ha borrado aún,
conozco el camino, solo quiero nuevos destinos,
pero se me congela el corazón
porque quiero ir contigo y me doy cuenta que tal vez tu ya estás de viaje,
sin mí.
Casi no me atrevo a respirar, siempre pensando en ti,
en no destejer la maraña de tus sueños.
¿Dónde vas?
no me invitas a tus fantasías, ni siquiera a tus pesadillas.
¿Qué ocultas?
No me cierres tus puertas, no me des la espalda.
Un temblor sacude suavemente tu cuerpo.
¿A ti también te alcanzó la niebla?
Siento el peso de ella sobre mi pecho...
y la vida se me escapa tras un grito que no alcanzo a liberar...
y son tus labios que me sostienen en el umbral de mis sueños y este mundo.
Tu brazo cubriendo mi fragilidad,
tu aliento devolviendome la fe...
la niebla huyendo
yo hundiéndome en tu pasión

lunes, 23 de octubre de 2006


entre bruma y lluvia torrencial, las palabras tienen hechizo de recuerdos
lo que creíste olvidado murmura en tus oídos
aquí estoy, el deseo no ha muerto
sólo ha sido abandonado
descubrí que la piel grita
pero la mente aulla
como un lobo pidiendo luna
si al sediento le duele un vaso de agua que no puede alcanzar
qué clase de sed te invade si la copa que te extienden sabe a Eros y Psiquis
quizás sea solo melancolía

jueves, 28 de septiembre de 2006

SOBRERREALIDAD
NO SE PUEDE ESCAPAR
léase en tono irónico y con una leve sonrisa dibujada en el rostro
Recuperar a mi pareja fue uno de los procesos más singulares en mi vida. Independiente de los motivos por los cuales me alejé o mejor dicho por los cuales huí de él, siempre tuve la idea que había sido él quién se rendía y me dejaba a un lado. Lo odié como nunca lo había hecho. Puede que me entiendan si les digo que no podía creer lo fácil que se vió su renuncia, como quién se detiene a observar como el agua se escapa de sus manos y no hace esfuerzo por retenerla o busca un medio de sostenerla antes de poder hacerlo por si mismo. Así de sencillo, me dejó ir. Ahora tengo la impresión que en parte cualquiera renunciaría a la recriminación y al exceso de memoría. La distancia, el tiempo y las voces de los que ya habían visto y oído mis lamentos pudieron sanar mi alma maltrecha. Porque fue mi alma, más que mi corazón la que sufrió. No es fácil aceptar que tu vida no es la que soñaste, estás derrotada y la vez discapacitada para el mundo. Tu cuerpo funciona bien, tus sentidos también, pero ya no te miran igual, eres Separada (tema aparte que algun día les comentaré).
Cuando ya me acostumbraba a tomar mi café sola en la mañana, a que mi familia de tres entraba en una rutina sana, a que mis hijos ya no temieran o lloraran a su padre itinerante, cuando pude liberarlo de mi rabia, Él volvió. Más comprensivo, más humilde y sin memoria, como yo.
Si escribo de ésto es porque deseo compartir esta historia. A la sombra de una palmera en este oasis, vuelven los recuerdos de vez en cuando y cada vez se ven más nebulosos. Como el viento deshace y borra las huellas en la arena, el tiempo hace lo mismo con mis rencores, sin embargo no quiero olvidarlos, no por guardar veneno, sino por conservar el antídoto.
Yo que renegué del matrimonio, que juré que no me separaría, y me prometí que jamás volvería con él... me trago mis palabras amargas. No es una ironía. Aún hay muchas más, otras más amargas y otras que de verdad dan risa, ahora por lo menos.

viernes, 15 de septiembre de 2006

Extraviados no olvidados.

Vuelvo oliendo a naturaleza y a flores sabrosas de frutos por transmutar, vuelvo porque mis pies inquietos quieren sentir el asfalto y mi sentidos saborean el ácido olor de cuidad contaminada.

Vuelvo porque es sólo aquí donde las respuestas pueden viajar a la velocidad de tus reclamos, y ser diferente no molesta ni te destierra a la isla de los alienados.

Pueden creer que vivir en los parajes verdosos de las afueras de la cuidad puede llegar a ser veneno para tu ánimo, que la pacividad de las horas puede petrificar el flujo de ideas.

No reniego de mis opciones, pero me rindo a mis ganas de cuidad, deseo su celeridad paranoica y la multiplicidad de vida mutada una y otra vez.

La cuidad protege a los que han nacido y se han formado diferente en ella, la cuidad es una madre extraña y generosa aunque oculte muy bien sus afectos.

Madre, esta bruja nómade volverá un día y te contará sus historias.

No olvides a tus hijos emigrados.


martes, 5 de septiembre de 2006

Una sombra se pegó a tus labios. No se si era sonrisa o era tristeza disfrazada para que no me vieras preocupada. Sabes que leo tus pensamientos así como cada línea dibujada en tu piel.
No insista en ocultarme tus historia, esta bruja pronto te descubrirá, como aquel día que supe que me amabas.
Yo todavía te amo... sólo eso me importa por ahora.
(sí, este mensaje es para tí)

sábado, 12 de agosto de 2006

De la nostalgia y una botella de vino nació un grito de un nómade que hechó raíces. Aquel odió como nunca a odiado ese segundo de realidad alcohólica que le dió cuenta de sus recuerdos y de los sabores que fluyeron por sus venas en algún momento de su vida... y así habló...

La sed no se sacia. Nunca. Como una gran cicatriz que creías seca, el ansia de nuevas tierras, nuevos sabores y olores, se cuela por tus poros, reclamando lo que niegas y tratas de ocultar. La gangrena te come por dentro y lo niegas, una y otra vez. Traidora, tu piel se derrite por nuevos roces, ¿qué te detiene?. Si fuiste libre y tu soberbia lo gritaba por donde tus pies dejaban huellas... las sombras se ríen de ti y murmuran a tus espaldas... los nómades hecharon raíces y cadenas se transformaron... solo el destello de tu mente mantiene la calma y aliviana la nostalgia venenosa, todavía no se han creado las cadenas para los sueños.

miércoles, 19 de julio de 2006

Cuando los nómades se agotan de andar por el mundo sin destino fijo, buscan con ansia un lugar dode sus pies puedan descansar. Un oasis pareciese ser la respuesta. Sólo quieres llegar, sólo quieres cerrar tus ojos y disfrutar del silencio que te ha de regalar paz. Ves lo que tus ojos quieren ver, escuchas lo que tu mente desea escuchar... cuando logras reunir fuerzas es posible que entonces puedas ver lo que realmente te rodea... no te asustes yo tambien fui engañada por un espejismo... todavía no doy por teminado mi camino... es sólo un descanso.